La beta-alanina es un aminoácido no esencial producido de forma natural por el organismo y presente en algunos alimentos, como el pescado, las aves y la carne. A diferencia de la mayoría de los aminoácidos, la beta-alanina no se utiliza para la síntesis de proteínas. En cambio, se utiliza junto con la histidina para producir carnosina, una molécula dipéptida muy concentrada en el músculo esquelético. La carnosina es un potente amortiguador del ácido láctico, lo que significa que ayuda a reducir los niveles de ácido láctico.
 
El ácido láctico es un subproducto metabólico producido a partir de los sistemas de energía durante la producción de trifosfato de adenosina (ATP). Si has entrenado hasta la fatiga y has sentido una sensación de quemazón en los músculos, es el resultado de la acumulación de ácido láctico. La acumulación de ácido láctico no sólo es incómoda, sino que también reduce significativamente la capacidad de su cuerpo para regenerar la energía celular necesaria para el máximo rendimiento.
 
Así pues, mantener bajos los niveles de ácido láctico durante el mayor tiempo posible puede mejorar el rendimiento del ejercicio, especialmente la resistencia muscular, donde la carnosina y la beta-alanina entran en escena. Al aumentar los niveles de carnosina muscular, el organismo es mucho más eficiente a la hora de mantener a raya los niveles de ácido láctico y retrasar la aparición de la fatiga.
La forma más eficaz de aumentar los niveles de carnosina es tomar un suplemento diario de beta-alanina.

Beneficios
Mejorar la resistencia muscular, la fuerza y la potencia.
Mejorar la concentración y la energía.
Promover la recuperación.
Aumentar la masa magra.